Se denomina fotodepilación a varios tipos de depilación, en particular a la permanente o definitiva.
Aunque la realidad es que no existe un método totalmente definitivo a no ser la electrosis.
La fotodeplicaicón como su nombre lo indica, es un método basado en la luz. Esta metodología se aplica con diferentes tecnologías como la luz pulsada intensa, el láser y la luz pulsada intensa con radiofrecuencia. Este último sistema es el más moderno.
La luz pulsada se creó en 1994 y fue aprobada por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) en 1997. Funciona a través de disparos de luz que se emiten de una lámpara de xenón. Esta luz se dispara cerca de la piel, entre 1 y 5mm y la absorbe la melanina que existe en la piel y el pelo. Principalmente existe más melanina en el vello porque normalmente es más oscuro que la piel. Así la luz se transforma en calor cuando llega a la base del pelo, calentando su raíz a unos 70°C, destruyéndola, y así el crecimiento del vello.
El láser existe y se utiliza hace más tiempo para la depilación. Tiene el mismo principio que la luz pulsada intensa, pero es más uniforme y directa que ésta.
En los dos métodos se depila mediante el proceso de fototermólisis selectiva. La energía de la luz o láser es captada por el pigmento natural del vello, denominado melanina, y se convierte en calor. Este calor quema y destruye el folículo piloso. Ambos sistemas consiguen hoy en día los mismos resultados pero la luz pulsada intensa es más moderna y permite ser aplicada en cualquier tipo de piel, cualquier color y además es indolora e innocua.
El sistema más moderno aprobado por la FDA en 2004, es la luz pulsada intensa con radiofrecuencia. Éste combina ambas energías, la de la luz y la energía de la radiofrecuencia. Se puede aplicar en pieles oscuras, en pelos pelirrojos y canos, porque el calor que no absorbe la melanina se compensa con la energía de la radiofrecuencia.
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